Tejer, es mis primeras raíces, siento que estoy viviendo lo que es mi origen indígena. Me sentía a gusto, me ponía muy feliz cuando tejía, me concentraba bien y disfrutaba hacerlo rápido para ganarme la vida. A mis abuelas y mamá, les fui aprendiendo entre los trece y quince años.
Gracias a mi tejido saqué adelante a mis hijos. Trabajé en el telar de cintura y lo hacía de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde. Me gustaba más trabajar el tejido calado, se hacía más rápido y así ganaba un poquito más.
Dejé de tejer hace como 20 o 22 años, me dediqué a la agricultura por quince años, así tenía más ingresos. Después, conocí a “Doña Toyita”, tejedora de Cobán y nuevamente me involucré al tejido. Solo que ya no tejí, trabajaba con tejedoras de San Juan Chamelco, a quienes les daba el hilo y les hacía los pedidos, enseñándoles los diseños y la clase de tejido que deseaba. Los diseños que he trabajado son los de Tactic, también de Cobán y San Juan Chamelco. Los diseños de Tactic son pajaritos, venaditos, ramitas, coloridos, en cambio los de Cobán, son blancos, solo el cuello en algunos huipiles es bordado a colores. Traté de enseñar a tejer a mis nueras, pero no quisieron, son generaciones que tienen otros intereses… Le he enseñado a conocidos y algunos otros familiares.